lunes, 21 de diciembre de 2009

LA CHICA QUE NO QUERÍA CANTAR

Había una vez una chica a la que le gustaba cantar. Con el paso de los años, la chica fue dejándolo y ya no cantó más. Decía que no se encontraba a sí misma y su voz se fue apagando poco a poco. Las lágrimas se le secaron hasta que una mañana, después de ducharse, su gata se le acercó. La besó en la mejilla con un áspera cariño de lengua justo en el momento en el que el marco de la puerta se estremecía ante la presencia de Mauricio, aún desnudo, y con las sábanas de la cama cubriéndole los muslos. La chica. al verlo, cantó y sus lágrimas se convirtieron en notas olorosas, que desde entonces, aportaron el perfume vital a sus días.
PD: Fea


2 comentarios:

Alhy dijo...

Hey, how you doing?

Espero que tu relato no se convierta en la historia de mi vida. No quiero que mi voz tenga que agazaparse y convertirse en lágrima (sí, lo confieso, Rygalski soy yo) :)

Llevo weeks desaparecida. Tengo la impresión de estar descuidandoos a todos. Y es que continúa mi mala racha. Además, la cumbre de Copenhague me dejó rota last week. Pero en fin, mantendremos la esperanza...

¿Alguna novedad cortil? ;) Tell me, tell me good news!!!!!!!

Have a great Xmas week :)


Kisses cantarines y pre-navideños ***

Nayra dijo...

Cuando la tierra se adormece llego a tu puerta.
En lo alto callan las estrellas y tengo miedo de cantar.
Velando espero hasta que tu sombra pasa por el balcón
de la noche. Entonces regreso silenciosa y llena de ti.
Luego, canto a la orilla del camino.
El aire matinal escucha temblando y las flores vuelven hacia mí
su rostro de pétalos.
Los viajeros se detienen de pronto para mirarme frente a frente:
es como si mi canto a cada uno le llamara por su nombre.